WATCH AT YOUR OWN RISK !!!

Permíteme, oh, lector, que tras este prolongado paréntesis langostil, me explaye con un post quizá más extenso de lo que suele aconsejar la prudencia y las buenas costumbres. Hay épocas en las que la vida de un aficionado al cine es especialmente dura, y La Langosta, sin duda, acaba de pasar por una de ellas. El destino ha querido que, en el transcurso del habitual visionado de cintas, me haya tocado tragarme, una tras otra, y seguiditas, alguna de las peores películas de las que tengo recuerdo. Kilómetros de celuloide infecto y apestoso, indigno de ser visto por nadie con un mínimo de respeto a su higiene mental y a su cordura. El presente post es, pues, un aviso, una llamada de atención para que, si teneis la suerte de no haber sufrido ya alguna de estas joyas....huyais de ellas , corriendo tan rápido como podais. El horror...el horror...

A) HOSTEL: Uno tenía ya mil moscas detrás de la oreja sabiendo que el director era el firmante de aquel soberano aburrimiento llamado "Cabin Fever". Pero el caso es que la promesas de un cierto retorno a aquel cine gore de finales de los 70 y principios de los 80, libre de censuras y de pasteurizaciones moralistas resultaba de lo más apetitosa. Pero nada más lejos de la realidad. "Hostel" es una cinta aburrida, plana, de guión prácticamente inexistente y de valores estéticos y narrativos nulos. Con un reparto de tercera encabezado por Jay Hernandez (visto en esa innecesaria secuela de "Carlito´s Way" que pulula por los videoclubs), la cinta mezcla ingredientes de "Porky´s" y "Saw", ofreciendo una media hora final rica en amputaciones que, pese a lo que pudiera parecer, no hacen de la película nada verdaderamente escandaloso ni digno de discusión. De no ser por el tan cacareado apadrinamiento de Tarantino, ni siquiera estaríamos hablando de la película.

B) ULTRAVIOLET: Pendiente aun de estreno en España, la segunda película de Kurt Wimmer es todo lo que la primera, "Equilibrium" consiguió no ser. Ramplona, tediosa, con efectos especiales incomprensiblemente horrendos y una Milla Jovovich en modo "Superheroína con curvas". "Ultraviolet" nos permite echar un vistazo a un mundo futuro en el que los humanos luchan contra los afectados por una enfermedad que ellos mismos crearon: la "hemofagia". ¿Qué quiere decir esto? Pues, poco más o menos, lo de siempre. Que un malvadísimo dictador futurista se enfrenta a una bella vampira (futurista también, que quede claro) cuyo cabello y cuya chaqueta cambian de color en los momentos más inesperados y sin ninguna razón aparente. O sea, muchas peleas con katanas (a lo Kill Bill), con Kung Fu (a lo Matrix) y con pistolas (a lo John Woo). Peleas interminables y, en la mayoría de los casos, totalmente ridículas (atención al plano "de gafa en gafa y tiro porque me toca": lo reconoceréis cuando lo veais). ¿Qué fue de la promesa que nos trajo ese "1984" renovado que fue "Equilibrium"? La lobotomía parece ser la única respuesta.

C) INSTINTO BÁSICO 2 - ADICCIÓN AL RIESGO: De acuerdo, se que uno no puede ir a ver Instinto Básico 2 esperando, siquiera, una película correcta. Pero sí teniendo la esperanza de que, al menos, el soseras de Michael Caton-Jones tuviese medio miligramo de mala leche para convertir esta secuela en lo que siempre tuvo que haber sido: una parodia indisimulada de la primera parte o, como alguien dijo por ahí, una suerte de "Spaghetti-Thriller" que sublimase hasta el absurdo las virtudes y defectos del original y de su camada de hijos bastardos ("Sliver", "El Color de la Noche", "Jade", etc.).
Y, efectivamente, los primeros cinco minutos de Instinto Básico 2 ofrecen exactamente eso: velocidad, masturbación y absurdos "one-liners" que permiten a la Stone reirse de sí misma de lo lindo. Lástima que, a partir del minuto seis, la película se hunda en el más profundo de los aburrimientos, y nos ofrezca una intriga (más bien poca) basada en una tensión sexual totalmente inexistente entre la buena de Sharon y David Morrisey, un actor con el mismo sex-appeal de una col hervida. En cuanto a las toneladas de sexo que prometía aquel primer trailer...han desaparecido casi por completo. Lo máximo que podreis ver es el integral de la Stone antes de meterse a un jacuzzi y el culo blancuzco y no especialmente firme de Morrisey que, eso sí, en pleno arrebato sexual, decide encular a su mujer a lo salvaje, del mismo modo en que Michael Douglas sodomizaba a Jeanne Tripplehorn en el film de Verhoeven. ¿Qué hubiese sido de este proyecto con Bruce Campbell dando la réplica a Sharon?

C) TIRANTE EL BLANCO: Y para terminar, la joya de la corona. Una de las supercoproducciones del año. Vicente "Abrepiernas" Aranda en la dirección. Rodada en inglés para abrirle las puertas al mercado internacional. Filmada a caballo (nunca mejor dicho) entre Almería, Madrid y Estambul. Presupuesto millonario. Leonor Watling, Victoria Abril e Ingrid Rubio (todas ostentan o han ostentado el reputado "Sello de Fornicabilidad Aranda") como parte del reparto. Una de las novelas de caballerías más señeras como punto de partida. Música de José Nieto. Estreno mundial a bombo y platillo en la ciudad de Valencia hace tan solo unas semanas. ¿El resultado?

La palabra que lo resume a la perfección es: chapuza. ¿Cuándo aprenderán algunos que vestir a todo el mundo con elaborados trajes de época no es suficiente para transportarnos en el tiempo? ¿Cuándo se darán cuenta de que el trabajo del director de fotografía es crucial para que una película no parezca la típica miniserie "Made in Berlusconi"? ¿Cuando podrán comprender que
el papel protagonista da mucho más de sí en manos de un actor que en manos de un aprendiz de modelo de Hugo Boss? ¿Cuando se dará cuenta Aranda de que la cámara lenta, los planos cerrados y el efecto estroboscópico no son suficientes para ocultar el hecho de que la "Gran Batalla contra los Turcos" se está librando en un descampado entre 15 extras mal disfrazados y peor adiestrados? ¿De verdad, a estas alturas, nadie es capaz de hacer un croma en el cine español que no mueva a risa basilisa? La ineptitud técnica de esta película llega a unos grados verdaderamente indescriptibles y da vergüenza ajena que se vaya a intentar vender semejante "quiero y no puedo" en el extranjero. No nos engañemos, en los cines hay buen cine español. Pero, desde luego, no es este.