La Cabeza de la Langosta

miércoles, diciembre 14, 2005

La Langosta ha ido al cine: KING KONG

Peter Jackson ha vuelto a hacerlo. No contento con salir más que airoso del reto de adaptar "El Señor de los Anillos", filma "King Kong" y consigue el que, quizá (con el permiso de "La Cosa" de Carpenter) sea el mejor remake de la historia del cine. Una auténtica apoteosis de aventura, terror y acción que deja con la boca abierta minuto a minuto. Una película para el recuerdo que devuelve a la palabra "superproducción" su verdadero significado. Y es que (casi) todo en la película ha sido cuidado hasta el último detalle. La asombrosa reconstrucción del Nueva York de los años 30, el diseño de Skull Island (aunque en ocasiones excesivamente deudor del Mordor de "El Señor de los Anillos"), los peligrosos (y cuasi-zombificados) indígenas, los ojazos de Naomi Watts...y, por supuesto, el Rey. Kong.

El simio gigante es, sin lugar a dudas, la creación digital más increible vista nunca en una pantalla de cine. Verlo moverse, actuar y comportarse como un gorila DE VERDAD es una auténtica gozada, y ya de por sí vale el precio de la entrada. Pero la película es mucho más, y ofrece en su parte central una serie de secuencias de acción que se revelan tan excesivas como ingeniosas, tan inverosímiles como fascinantes. Y es que sí, a veces a Jackson le pueden la ambición y el deseo de ofrecer "el no va más", pero el resultado conseguido está a años luz de, por ejemplo, los excesos onanistas de Stephen Sommers y su "Van Helsing". Cada una de las "set-pieces" está pensada al milímetro, y actuan con la precisión de un mecanismo de relojería. ¿Son necesarias todas ellas? Es discutible, pero, como tales, son ya pura historia del cine contemporáneo.

En cuanto a los actores...cumplen su papel con corrección. Sus personajes son, en general, arquetípicos, aunque están desarrollados lo justo como para que conectemos con ellos un mínimo.
Jack Black es un aspirante a Orson Welles soñador, egoista y ambicioso. Adrien Brody hace de Barton Fink y Naomi Watts se come la pantalla en cada primer plano. Los secundarios son eso, secundarios, y aunque hay algun intento de desarrollarlos un poco, al final todo se queda en eso, en intento.

He leido en más de una crítica que la película es demasiado larga. Sinceramente, no me lo parece. Es cierto que el segmento del viaje a Skull Island está estirado un poco más de lo recomendable, pero no me parece que eso dañe demasiado el ritmo de la película (un ritmo que, una vez llegados a la isla, se acelera sin parar hasta el climax final). Quizá no hagan falta tres horas para contar esta historia. Pero sí hacen falta para contarla del modo que la cuenta Jackson.

Kong es, desde ya, la película de las Navidades y del año. El equipo tiene los Oscars a mejores Efectos Visuales y Dirección Artística en el bolsillo y no me parecería injusto que Jackson volviese a estar nominado a la Mejor Dirección. Ha conseguido una de esas películas que nos recuerdan por qué el cine sigue maravillándonos despues de más de un siglo de existencia. Y eso, hoy en día, es todo un logro.

3 Comments:

At 2:42 p. m., Anonymous Anónimo said...

Que grande es Peter. Merece la pena trasnochar por ver tan magno film.

Un Saludo.

 
At 7:07 p. m., Anonymous Anónimo said...

Vaya, no la tenía entre las películas para ver, pero después de leerte habrá que hacer un esfuerzo.

 
At 10:48 p. m., Anonymous Anónimo said...

Que aprenda Spielbero lo que son los dinosaurios (y el entretenimiento)!!!
Sí, curiosamente me ha encantado...
Y un saludo a esta nueva langosta

 

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